Llegar a la plancha del Zócalo fue una proeza, los puercos
policiacos habían cerrado la mayoría de las vías de acceso a la plaza, se veían
marchar ríos y ríos de sindicatos enseñando más su poder de convocatoria que su
inconformidad a las recientes reformas laborales.
Les poetas llegaban con ganas de comer poesía, de leer tacos
y con la impuntualidad que nos suele acompañar. Los colaboradores, los
invitados y los curiosos se aglomeraban alrededor de una canasta. Sarasur Oc, Erick Fiesco y Lauri García nos ayudaron a conseguir un plumón
para hacer un improvisado
cartel-rompecabezas que anunciaba el evento y un megáfono que nos sirvió para
regalarle poesía al viento por un par de horas.
Cerca de la una de la tarde comenzó la regaladera junto a un
cartel hecho de hojas de un examen de Saúl Pérez y una bonita maceta en forma de
corazón que Carlos Chávez le regaló a la causa del poetaco; algunos
asistentes miraban sin quererse acercar, otros se acercaban y escuchaban
atentos, los comelones pedían más tacos, los paranoicos los rechazaban. Los
poetas los servían, los repartían, los leían, los gritaban, los comían. Algunos
valientes se animaban a cargar el altavoz mientras otros (igual de valientes)
compartían su poesía con la gente.
Emmanuel Vizcaya fue indispensable para llenar con tacos los poemas (aunque no
fue el único que se puso los sudorosos guantes plásticos que
aseguraban nuestra higiene) Melina Zavala se ofreció a regalar las
servilletas que Dan Pérez nos donó. Shimara Magaly, Adriana Zentella, Genaro Patraka, Juan Schulz, Luisillo Twist, Meraly Reytov y
otro pequeño chingo de personas nos ayudaban a repartir el taco bajo la
consigna de:
“¡Lean tacos, coman poesía!”
Algunas personas disfrutaban poemas sin grasa y sin taco mientras otros nos pedían salsa y
cebollita que llenaban de sabor al poema y le quitaban el carácter sacro y
formal que a menudo vemos en torno de la poesía. Hubo personas comprando libros
y plaquettes, otros nos donaron solidarios unos buenos pesos y sus mejores
vibras, todos; sin excepción, disfrutaban bajo el intenso sol el sabor de la
poesía en papel estraza.
Cuando las personas frente a nosotros habían saciado su
hambre decidimos girar 180° y tener un nuevo público. No pasó mucho tiempo para
que un amabilísimo camión que decía representar a los estudiantes y a los
trabajadores decidiera convocar un mitin justo junto a nosotros y opacara
totalmente nuestro sonido.
Eso nos llevó a buscar la tierra prometida y la encontramos
bajo un hermoso árbol, junto a una estupenda foto que capturó a los poetas
ofreciendo su trabajo donde suele haber plomeros, albañiles, pintores…
Ya bajo el árbol encontramos un respiro y más afluencia de
gente que se animaba a comer, a leer, a rapear, a preguntar, a compartir; no
importaba el nivel de estudios, el
idioma en el que hablaran, la edad que tuvieran, ni su condición económica. En
palabras de un genial MC que estuvo ayudando al pie del cañón: “Se formó la
comunidad desde la individualidad de cada colectivo”, se demostró que hay
muchísima gente trabajando y que todos tenemos la disposición de hacerlo
juntos.
Quisiera remarcar que el evento
no hubiera sido posible sin la ayuda de TODOS.
En particular quisiera agradecer el apoyo de Francisco
Fenton quien nos ayudó con las impresiones de los poemas. Los donadores de papel: Carlos Chávez, Betsy Numen y de nuevo el cheverísimo Fenton. Alejandra Delagranja y Sara Oc quienes me
ayudaron mucho en la gestión del evento y estuvieron documentando junto a Ixca
Cienfuegos y Juan Alejandro Sánchez Gómez. También aprovecho para
agradecer a Sara Raca, a Joana Medellín, a Arturo Sodoma a Galo, a Gustavo Ogarrio, Miauricio Jiménez, Boss Kabrón, Kuetz
Marduk, Kim Manzanares, Adolfo Ramírez, Diana Méndez, Carlos Esteban PT, Fanti Agoraz, Francisco Javier Paniawa, Juan Joaquín
Perezteajada, Karloz Escandaloso, Uriel Velázquez, Yax Kin Melchy, Makrina Cid y a la minnesoteña banda
de La Colmena que se animó a hacer sus propios poetacos de aquel lado del
Bravo.
En fin…. Hay un verguerachingueraputeramadral de gente con quien estoy
tremendamente agradecido y que probablemente no nombré por olvidadizo y
despistado. Pero todos; desde quien donó plata hasta los voraces y poéticos
devoradores de tacos, sin olvidar por supuesto a los autores que mandaron sus
poemas fuimos quienes hicimos posible el evento.
Seguramente la gente seguirá trabajando y seguirán habiendo
eventos donde se comparta mucho más que tacos y poesía, yo no organizaré otros
poetacos sino hasta el próximo 1° de mayo. Pero me dará mucho gusto poder colaborar
con todos.
Sin mucho más que decir termino mi cursísimo (mal)discurso
mandándole a todos un abrazo e invitándolos a sacar las más chelas y la más poesía.
¡Saludes!
genial idea, me encantaria que vinieran a Lagos Jalisco.
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